El dolor es algo temporal, puede durar un minuto, una hora, un día, o un año, pero al final se acabara y otra cosa tomara su lugar. Sin embargo, si me rindo ese dolor será para siempre. Lance Armstrong

30 jun 2011

Triatlón Memorial Onditz

Pues tras una semana de bastante trabajo, me cojo el viernes para descansar y preparar el triatlón del domingo.

La salida a las 9 30 de la mañana, que se entiende en previsión de altas temperaturas, hace también que haya que pegarse madrugón (6:15) para llegar a Donosti sobre las 8 de la mañana y preparar todo en el triatlón con más participación de los que he estado. 748 triatletas, aunque con muchas bajas de última hora por las altas temperaturas.
29º a las 8 de la mañana hace presagiar un día complicado.

Una vez en Donosti, dejo el coche muy lejos del box y como siempre acabo limando la hora de dejar las cosas y no tengo tiempo para calentar.

La natación me coge a pie cambiado, sin nervio. Empiezo más o menos bien, pero enseguida veo que el ritmo que llevo es muy suave, pero sin embargo, no consigo mejorarlo. Como siempre, no acabo de competir en el agua, simplemente me limito a salir con no demasiado tiempo perdido y en buena condición. Es mi asignatura pendiente.

Salgo del agua con mucho tiempo perdido, casi el 200. Cojo la bici y enseguida voy para delante. Coincido con un triatleta del Sakana con el que fui en el Triatlón Sprint de Donosti, y vamos los dos para delante. Nos coge por detrás en las rampas trampa de Berio Jose Mugika y luego otro triatleta junto con el que vamos a relevos pasando muchísima gente.

El recorrido de bici es muy duro, con rampas fuertes de inicio y luego 15 kms de subida y bajada hasta Orio. Una vez allí, subida a Mendizorrotz, donde nos vamos 3 del grupo y luego bajada a tope hasta Donosti, en la que me quedo y veo que la bici no frena demasiado bien. Recupero en el llano y me bajo a correr con sensación de mucha sed.
Sólo había un avituallamiento en bici y yo llevaba un solo bidón y tenía sed desde mitad de carrera.

Bajé a correr con buena sensación y vi que el ritmo al que se salí en el grupo no era muy alto. El calor ya empezaba a ser sofocante, 35º a pleno sol y subiendo. Llegué a Ondarreta (mitad de la primera vuelta de 3) y vi a mucha gente a la que podía coger corriendo bien. A partir de aquí el calvario. Empecé a notar que me faltaba agua en el cuerpo. Las piernas me ardían y la lengua la tenía echa trapo. Bajé un poco el ritmo y empecé a sentirme mareado. Pensé en abandonar. A partir de aquí supervivencia. Paré en la segunda vuelta en Ondarreta para meter la cabeza debajo de la fuente y ya sin pretensiones poco a poco a acabar. Corrí en 48´50, un recorrido que de haber estado bien, podía haber bajado fácilmente de 40, porque era muy llano.
Al final posición 109, de 500. Más de 100 triatletas retirados (sobre todo en el sector carrera). Un infierno en el que se echó de menos agua en la vuelta de Ondarreta.

Conclusión. Otro triatlón terminado. Hasta ahora sólo he rendido en distancia sprint. A ver si tengo ocasión de resarcirme en Deba.

De momento esta semana estoy entrenando con sensaciones encontradas, flojete en natación, demasiado experimento técnico estoy haciendo, y voy peor que hace un mes.
Muy bien en bici, ahora soporto ritmos muy fuertes subiendo, y voy a gusto a gusto.
Regular corriendo. Voy pesado. Creo que he cogido dos kilitos, y para correr se nota todo, además me molesta el gemelo izquierdo. A ver si me aguanta las tres carreras que quedan y se cura luego con el descanso.

A por Deba, que tiene un perfil que da miedo.

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